Artículo: Pragmatismo, libertad y transgresión en las pícaras barrocas. Mireia Baldrich
El rasgo temperamental más llamativo de este cuarteto literario es que Justina, Elena, Teresa y Rufina manifiestan una duplicidad de la personalidad. Con esto quiero decir que las pícaras, escudadas en su femineidad, encubren un decidido varón. Lo que es lo mismo, en la proyección del personaje se produce una clara usurpación de géneros y simulación de rasgos: las protagonistas rebasan los límites de su propia naturaleza para apropiarse de la ajena. Si el liderazgo, la rebeldía, el coraje, la libertad, la ambición y el pragmatismo son semblantes considerados masculinos, nuestras heroínas presumen de todos estos ademanes con asombrosa destreza. Las pícaras orquestan y ejecutan las tramas, toman la iniciativa en las relaciones afectivas, son dueñas de su libertad y sienten un profundo deseo de prosperar económicamente, aunque los caminos para conseguirlo sean ilegítimos e infames. Justina se autodefine como: «una pícara, una libre, una pieza suelta» (p.26), y la vemos pulular, sin cortap...